Un tema que ha estado en la agenda pública en los últimos días, ha sido el concurso de los maestros para ocupar una plaza de nombramiento en la educación pública del país. Los resultados de la última evaluación docente corroboran y ponen en mayor evidencia la cruda realidad: la crisis de la calidad educativa. De casi 200 mil docentes que postularon, solo 151 alcanzaron nombramiento con más de 14 de nota; 8,500 docentes que obtuvieron entre 11 y 13,99 de nota y ningún aspirante que alcanzó un cupo de nombramiento en Amazonas, frente a 23 mil plazas vacantes a nivel nacional.
Mas allá de las críticas que se le viene haciendo a la estructura técnica de la prueba, que si fue académica o no, los resultados nos dejan una clara lectura: ninguna crisis de la educación nuestra de cada día va a ser solucionada si no tiene una evaluación integral y por supuesto una solución de carácter integral.
Empecemos por lo primero: tenemos en el país más de mil instituciones formadoras de maestros, entre universidades e institutos superiores pedagógicos, de donde egresan cada año más de 20 mil docentes y anualmente solo se necesitan alrededor de 6 mil. Aquí ya hay un problema de sobre oferta de más de 14 mil maestros que engrosan cada año las filas de los desocupados. Si a esto agregamos que el servicio ofrecido por la mayoría de estos centros superiores no es de lo mejor, el problema se agrava porque tenemos un contingente de maestros no solo formados mediocremente, sino muchos profesionales de la educación que no responden a la demanda de la diversidad nacional y/o regional. El país, según los expertos, solo demanda de un aproximado de 30 instituciones de calidad que formen verdaderos maestros.
Un segundo tema de análisis es el referido a la evaluación del sistema de la calidad educativa. La ciudadanía debe saber que mediante la Ley 28044, la actual Ley General de Educación, se crea el Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la calidad Educativa (SINEACE), y que entre otros aspectos, establece la acreditación de la calidad que ofrecen las instituciones del nivel superior; sin embargo hasta la fecha no se implementa este sistema que pondría fuera del sistema educativo a tantas instituciones formadoras de docentes sin los mínimos niveles de calidad.
Otro tema de análisis es el referido a la capacitación o formación continua de los maestros. La capacitación que oferta actualmente el Ministerio de Educación no responde a la diversidad regional y/o nacional. Seguimos cayendo en el mismo error de capacitar de forma masiva y general, desperdiciando ingentes presupuesto dado a las universidades, muchas de las cuales nos están preparadas para capacitar con un servicio de calidad y terminan siendo capacitaciones que así como llegan pasan y no contribuyen a mejorar el rol social y académico del maestro.
Finalmente, un tema muy polémico y que nadie quiere tocar es el referido a la evaluación de los Especialistas, funcionarios, directores de UGELs, Directores Regionales y funcionarios del mismo Ministerio de Educación. La pregunta es ¿Quién evalúa a los evaluadores? Todavía no existe voluntad política ni del Gobierno Central ni del Regional para evaluar la calidad del servicio que ofrecen estos trabajadores. Es necesario en esta cultura de la evaluación demostrar cuántos de ellos están verdaderamente capacitados y preparados para ocupar estos cargos.
Por eso, si queremos iniciar una reforma de la Carrera Pública Magisterial, empecemos por lo siguiente:
Reducción drástica de las instituciones formadoras de maestros con criterios no punitivos sino de reestructuración de los sistemas de formación inicial y continua de los profesionales de educación.
Acreditación y Certificación inmediata de la calidad de las instituciones no solo formadoras de maestros sino también de la educación básica regular que garanticen un servicio mínimo de calidad.
Capacitación diversificada que responda a la diversidad regional, realizada a través de redes de maestros por zonas localizadas geográficamente y que incluya un acompañamiento permanente de monitores en las mismas escuelas y colegios.
Evaluación de profesores y directores nombrados, especialistas, funcionarios y directores de UGELs, y Directores Regionales con criterios de renovación y revaloración de la profesión docente en base al desempeño profesional y las condiciones de trabajo.
Es muy fácil polarizar y criticar a la formación de los maestros cuando se la ve desde arriba, pero cuando la vemos desde abajo, en nuestro verdadero rol social, comprendemos que es necesario una transformación, pero ella solo será efectiva si asumimos con firmeza que nuestros niños, niñas y adolescentes tienen el derecho a una educación con calidad y los maestros tenemos el deber de reivindicar nuestro ejercicio de promotor social, que desde hace mucho tiempo nosotros hemos perdido. Los maestros y nuestras autoridades tenemos la palabra.
Mas allá de las críticas que se le viene haciendo a la estructura técnica de la prueba, que si fue académica o no, los resultados nos dejan una clara lectura: ninguna crisis de la educación nuestra de cada día va a ser solucionada si no tiene una evaluación integral y por supuesto una solución de carácter integral.
Empecemos por lo primero: tenemos en el país más de mil instituciones formadoras de maestros, entre universidades e institutos superiores pedagógicos, de donde egresan cada año más de 20 mil docentes y anualmente solo se necesitan alrededor de 6 mil. Aquí ya hay un problema de sobre oferta de más de 14 mil maestros que engrosan cada año las filas de los desocupados. Si a esto agregamos que el servicio ofrecido por la mayoría de estos centros superiores no es de lo mejor, el problema se agrava porque tenemos un contingente de maestros no solo formados mediocremente, sino muchos profesionales de la educación que no responden a la demanda de la diversidad nacional y/o regional. El país, según los expertos, solo demanda de un aproximado de 30 instituciones de calidad que formen verdaderos maestros.
Un segundo tema de análisis es el referido a la evaluación del sistema de la calidad educativa. La ciudadanía debe saber que mediante la Ley 28044, la actual Ley General de Educación, se crea el Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la calidad Educativa (SINEACE), y que entre otros aspectos, establece la acreditación de la calidad que ofrecen las instituciones del nivel superior; sin embargo hasta la fecha no se implementa este sistema que pondría fuera del sistema educativo a tantas instituciones formadoras de docentes sin los mínimos niveles de calidad.
Otro tema de análisis es el referido a la capacitación o formación continua de los maestros. La capacitación que oferta actualmente el Ministerio de Educación no responde a la diversidad regional y/o nacional. Seguimos cayendo en el mismo error de capacitar de forma masiva y general, desperdiciando ingentes presupuesto dado a las universidades, muchas de las cuales nos están preparadas para capacitar con un servicio de calidad y terminan siendo capacitaciones que así como llegan pasan y no contribuyen a mejorar el rol social y académico del maestro.
Finalmente, un tema muy polémico y que nadie quiere tocar es el referido a la evaluación de los Especialistas, funcionarios, directores de UGELs, Directores Regionales y funcionarios del mismo Ministerio de Educación. La pregunta es ¿Quién evalúa a los evaluadores? Todavía no existe voluntad política ni del Gobierno Central ni del Regional para evaluar la calidad del servicio que ofrecen estos trabajadores. Es necesario en esta cultura de la evaluación demostrar cuántos de ellos están verdaderamente capacitados y preparados para ocupar estos cargos.
Por eso, si queremos iniciar una reforma de la Carrera Pública Magisterial, empecemos por lo siguiente:
Reducción drástica de las instituciones formadoras de maestros con criterios no punitivos sino de reestructuración de los sistemas de formación inicial y continua de los profesionales de educación.
Acreditación y Certificación inmediata de la calidad de las instituciones no solo formadoras de maestros sino también de la educación básica regular que garanticen un servicio mínimo de calidad.
Capacitación diversificada que responda a la diversidad regional, realizada a través de redes de maestros por zonas localizadas geográficamente y que incluya un acompañamiento permanente de monitores en las mismas escuelas y colegios.
Evaluación de profesores y directores nombrados, especialistas, funcionarios y directores de UGELs, y Directores Regionales con criterios de renovación y revaloración de la profesión docente en base al desempeño profesional y las condiciones de trabajo.
Es muy fácil polarizar y criticar a la formación de los maestros cuando se la ve desde arriba, pero cuando la vemos desde abajo, en nuestro verdadero rol social, comprendemos que es necesario una transformación, pero ella solo será efectiva si asumimos con firmeza que nuestros niños, niñas y adolescentes tienen el derecho a una educación con calidad y los maestros tenemos el deber de reivindicar nuestro ejercicio de promotor social, que desde hace mucho tiempo nosotros hemos perdido. Los maestros y nuestras autoridades tenemos la palabra.
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