martes, 28 de agosto de 2007

SOLIDARIDAD, HERMOSA SOLIDARIDAD


“…Yo quisiera poder transformar tanta cosa imposible
(…), Yo quisiera poder abrazar mi mayor enemigo,
yo quisiera ser civilizado como los animales…”
Cantautor brasileño: Roberto Carlos


Cuando los peruanos nos resignábamos a aceptar que somos un país de personas insensibles, que no les interesaba el bien común, cuyos valores se habían perdido, aquellos valores que nos enseñaron nuestros padres, esos, que estaban muy lejos de sus ciudadanos; aparece la tragedia que han sufrido nuestros hermanos de Chincha, Pisco y otros lugares del sur de nuestro país, y, con esta tragedia aparece también una gigantesca ola de solidaridad regada en todo lo ancho y largo de nuestro pueblo peruano y que ha rebasado incluso nuestras fronteras.

Este movimiento social construido a partir de la tragedia del sur, que pone de manifiesto el valor de la solidaridad, el deseo de aplacar la tragedia, el llanto, el dolor por el hermano, que ha movilizado a todos los peruanos, al rico y al pobre, al gobierno nacional, gobiernos regionales, gobiernos locales, padres, madres, jóvenes, niños y niñas, pone de manifiesto el hermoso aprendizaje que estamos viviendo todos los peruanos, el valor de la solidaridad expresada en las acciones que vienen demostrando nuestros compatriotas en todo el territorio nacional.

A mis cuatro décadas y más, nunca antes que yo recuerde, he visto un gesto igual, un esfuerzo de conjunto, articulado no por consignas políticas, no por algún líder aprovechado que ha pretendido arrasar masas, sino por ese valor que todos los peruanos teníamos escondido en lo más profundo de nuestro ser: la solidaridad.

Esta experiencia que debe ser aprovechada por la educación, debe ser incorporada como contenido transversal en las unidades didácticas en lo que va del mes de agosto, setiembre y de todo el año académico de la educación básica, para que esta acción no sea “golondrina de verano” sino acción de vida permanente de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes en toda la región de Amazonas y el Perú. La tarea queda en manos de la Dirección regional de Educación y las Unidades de Gestión Educativa Local.

Ahora podemos afirmar como peruano que ¡SI SE PUEDE!, esta frase no era un simple cliché, era realidad, realidad que desafía a nuestros hermanos del sur a superar la tragedia con el apoyo de todos los peruanos.

Estoy orgulloso de ser peruano, como amazonense y baguagrandino mayor aún; porque la acción solidaria puesta de manifiesto por todos, nos hace tener esperanza, pensar en un mundo mejor, mundo en el que todos los peruanos podemos salir adelante ayudándonos los unos a los otros, y no ayudando a tropezar ni a serrucharnos el piso como todavía acostumbran algunos, a quienes la solidaridad y el amor por el prójimo todavía está muy lejos de sus vidas y de sus acciones.