Hace algunas semanas los medios
de comunicación nacional dieron a conocer la existencia de más de 200 personas
infectadas con el virus del VIH – SIDA, en la provincia indígena de Condorcanqui
en nuestra Región Amazonas. La cifra indicaba que el virus ha infectado a
personas entre 14 y 25 años y por cada mujer infectada hay tres hombres
portadores, entre ellos niños y adolescentes. La noticia, ha puesto sobre la
agenda pública los verdaderos problemas que afronta el pueblo indígena, huérfanos
hasta hoy de un Estado que todavía no logra desarrollar integralmente políticas
sociales que beneficien a los más pobres y vulnerables. El SIDA en la zona es
un claro ejemplo de una epidemia que si no tomamos medidas urgentes e integrales,
corremos el riesgo de convertirla en pandemia a mediano plazo.
Una barrera existente a la
solución del problema la encontramos en las mismas políticas de salud, centralizada
por el MINSA, que no toman en cuenta la diversidad de los problemas apremiantes
de salud de la población, sin embargo a nivel regional tampoco las autoridades
locales de salud han desarrollado alguna intervención integral direccionada a
acciones de prevención para enfrentar este tipo de epidemias. Se usan ingentes
cantidades de miles de soles para enfrentar los problemas con programas
institucionales, cuando lo que debería hacerse es desarrollar acciones preventivas,
integrales, interinstitucionales, que le costaría menos inversión al Estado y mejoraría
la calidad de la inversión con resultados positivos a mediano y largo plazo.
Pero más allá del problema
visible de la epidemia en la zona, el problema es más serio, no solo está el
contagio del virus y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), sino que radica
fundamentalmente en la carencia de información básica que niños, niñas y
adolescentes tienen sobre el tema, ellos padecen de analfabetismo sexual, que
los hacen sujetos potencialmente vulnerables a este tipo de enfermedades. Para
nadie es un secreto que en el pueblo indígena, por sus mismas costumbres, las
mujeres se inician precozmente en la actividad sexual y es común ver adolescentes
de 14 y/o 15 años cargando un hijo en el brazo y otro por venir. El problema entonces,
es más de fondo, es ausencia de estrategias comunicacionales en la escuela y la
comunidad que no permiten reforzar conocimientos válidos en la población
escolar.
Acabamos de celebrar a nivel
nacional, “La Semana de la Inclusión Social”, se ha puesto sobre la agenda la “Estrategia
Nacional de Desarrollo e Inclusión Social”, denominada “Incluir para Crecer”,
promovido por sectores sociales como el MINSA, MINEDU, MIDIS, GOREA, GL, y los
Programas Sociales Nacionales, Regionales y locales; esta estrategia es el instrumento
de gestión válido que posibilite una intervención preventiva integral y sostenida
en esta población. Enfrentemos el problema como Estado, en forma intersectorial,
integral y articulada a programas del gobierno nacional, regional y local, con estrategias no solo de atención a las
personas infectadas, sino de prevención focalizando a los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes; y el espacio adecuado es la escuela y la comunidad
educadora, ahí donde se deben desarrollar estrategias comunicacionales que
permiten reforzar conocimientos válidos en los estudiantes, acciones de prevención
integrales apoyados en los enfoques intercultural, de género y de derechos,
para que nuestros estudiantes estén bien informados de estas enfermedades de
transmisión sexual y otros males sociales, obviamente todo depende de la
sensibilidad de las autoridades y de los equipos técnicos de los diferentes
sectores que se fusionen y planteen una iniciativa articuladora a nivel regional
y local. Este es un serio reto de salud pública, que debe dejar de lado posiciones
religiosas, éticas y tabúes sobre el tema.
El mundo ha celebrado 25 años de
la Convención de los Derechos de los Niños (CDN), y según este código con rango
de ley, establece el derecho de todos ellos a salud, educación y nutrición protegidas
por sus respectivos Estados. Nuestras autoridades tienen la palabra.