Así reza el lema de uno de los colegios emblemáticos de la provincia de Utcubamba. Y partimos de este lema porque queremos preguntar si en realidad son los jóvenes de hoy los que conducirán a la humanidad del mañana, y si eso es cierto qué nos espera mañana con la educación de los actuales jóvenes. ¿Hacia dónde va la juventud?
En Amazonas, de 5,207 jóvenes que culminaron la educación secundaria en el año 2007, solo accedieron a Educación Superior No Universitaria en el 2008 aproximadamente 900 de ellos, si a esto le agregamos los ingresantes a la Universidad Nacional “Toribio Rodríguez de Mendoza”, descartando los postulantes que vienen de otros lugares del país y logran un cupo, encontramos que son 1,000 aproximadamente los jóvenes amazonenses que accedieron a estudios superiores.
Si hacemos solo un sencillo cálculo aritmético de los últimos 5 años, encontramos que hay más de 20 mil jóvenes entre 15 y 20 años los que se han quedado sin oportunidad de ingresar a un centro superior de estudios y con ello la oportunidad de sumar más profesionales para Amazonas.
De estos jóvenes, un sector engrosan las filas de los desocupados que todavía dependen de sus padres, otro sector son la mano de obra barata de la que hace uso y emplean las micro, pequeñas y medianas empresas por la ínfima suma de 200 y 300 soles mensuales y tienen que trabajar entre las 8 de la mañana y 10 de la noche, sometidos a una vil explotación a vista y paciencia de las autoridades y de quienes se dicen velan por el derecho al trabajo digno y remunerado como debe ser. Un tercer sector de estos jóvenes termina en la vagancia, la delincuencia, el pandillaje, la drogadicción, la prostitución y el abigeato, ensanchando los males sociales que corroe nuestra sociedad. Esta es nuestra realidad y no tenemos que esconderla.
¿Esta juventud conducirá los destinos de Amazonas en los próximos años? Las autoridades regionales, educativas y las organizaciones de la sociedad civil deberían empezar por proponer una alternativa y posibilidad de desarrollo para nuestra juventud, esa juventud que ha quedado en la orfandad por parte del Estado.
Amazonas tiene potencialidades turísticas, ganaderas, agrícolas, agropecuarias, agroindustriales, tenemos que articular la educación a esos procesos productivos y económicos, para atender a estos jóvenes. Nuestra educación hace tiempo que necesita dar un viraje de 360 grados, hay que desarrollar competencias que les permitan a los jóvenes insertarse en el mercado laboral, educación emprendedora debe ser la posibilidad, hay que crear instituciones educativas técnicas productivas (CETPROs), que oferten nuevas carreras técnicas, articuladas a éstas potencialidades. Guías de Turismo, Promotores en Primeros Auxilios con enfoque intercultural, Especialista en Productos Derivados de frutas, recursos naturales, Artesanos, Auxiliares en Sistemas de Cómputo, Promotores en Estimulación Educativa para niños menores de 3 años, entre otras, son las carreras técnicas que deben dar los centros educativos técnicos productivos y convertirse en una alternativa para esta juventud, que de una u otra manera serán los que dinamicen la economía del departamento en los próximos años.
En Amazonas, de 5,207 jóvenes que culminaron la educación secundaria en el año 2007, solo accedieron a Educación Superior No Universitaria en el 2008 aproximadamente 900 de ellos, si a esto le agregamos los ingresantes a la Universidad Nacional “Toribio Rodríguez de Mendoza”, descartando los postulantes que vienen de otros lugares del país y logran un cupo, encontramos que son 1,000 aproximadamente los jóvenes amazonenses que accedieron a estudios superiores.
Si hacemos solo un sencillo cálculo aritmético de los últimos 5 años, encontramos que hay más de 20 mil jóvenes entre 15 y 20 años los que se han quedado sin oportunidad de ingresar a un centro superior de estudios y con ello la oportunidad de sumar más profesionales para Amazonas.
De estos jóvenes, un sector engrosan las filas de los desocupados que todavía dependen de sus padres, otro sector son la mano de obra barata de la que hace uso y emplean las micro, pequeñas y medianas empresas por la ínfima suma de 200 y 300 soles mensuales y tienen que trabajar entre las 8 de la mañana y 10 de la noche, sometidos a una vil explotación a vista y paciencia de las autoridades y de quienes se dicen velan por el derecho al trabajo digno y remunerado como debe ser. Un tercer sector de estos jóvenes termina en la vagancia, la delincuencia, el pandillaje, la drogadicción, la prostitución y el abigeato, ensanchando los males sociales que corroe nuestra sociedad. Esta es nuestra realidad y no tenemos que esconderla.
¿Esta juventud conducirá los destinos de Amazonas en los próximos años? Las autoridades regionales, educativas y las organizaciones de la sociedad civil deberían empezar por proponer una alternativa y posibilidad de desarrollo para nuestra juventud, esa juventud que ha quedado en la orfandad por parte del Estado.
Amazonas tiene potencialidades turísticas, ganaderas, agrícolas, agropecuarias, agroindustriales, tenemos que articular la educación a esos procesos productivos y económicos, para atender a estos jóvenes. Nuestra educación hace tiempo que necesita dar un viraje de 360 grados, hay que desarrollar competencias que les permitan a los jóvenes insertarse en el mercado laboral, educación emprendedora debe ser la posibilidad, hay que crear instituciones educativas técnicas productivas (CETPROs), que oferten nuevas carreras técnicas, articuladas a éstas potencialidades. Guías de Turismo, Promotores en Primeros Auxilios con enfoque intercultural, Especialista en Productos Derivados de frutas, recursos naturales, Artesanos, Auxiliares en Sistemas de Cómputo, Promotores en Estimulación Educativa para niños menores de 3 años, entre otras, son las carreras técnicas que deben dar los centros educativos técnicos productivos y convertirse en una alternativa para esta juventud, que de una u otra manera serán los que dinamicen la economía del departamento en los próximos años.