Como no recordar a la Hermana Mercedes Ayerra Burguete, quien por los inicios de los 80’ fuera la primera Directora que tuviera el Instituto Superior Pedagógico Víctor Andrés Belaúnde de la ciudad de Jaén y de quién recibimos su ejemplo, sus enseñanzas, su firmeza, su convicción y sobre todo su amor por Jaén la patria chica del Perú.
Tomé la decisión de ser educador, y como todo joven inquieto fui uno de los estudiantes que “más de una cana le saqué”, por mi vehemencia y mi rebeldía de la época que me generó muchas llamadas de atención. Más de una vez fui llamado a la dirección. Ahí estaba Mercedes, todos le temíamos por su rectitud y firmeza, pero cuando de consejos se trataba, tal cual la madre ausente tenía la palabra precisa que te toca el corazón y te deja huella para toda la vida, así era ella, la madre “Merche” como todos le decíamos con cariño.
Mercedes Ayerra junto a Olga Marroquín y el Padre Francisco Piorno constituyeron los puntales, sin temor a equivocarme, de una de las más grandes instituciones formadoras de maestros que tiene el país, la Víctor Andrés Belaúnde, mi primera casa, mi primera institución. Ahí la “hermanita Merche” nos imponía la disciplina, su actuar firme y de decisiones inapelables que hicieron de esos jóvenes lo que hoy somos como maestros y no se equivocó.
Quienes tuvimos el privilegio de conocerla y recibir sus enseñanzas, recordamos tantas anécdotas con alegría y tristeza a la vez, por ejemplo, cuando cavamos las primeras zanjas para la construcción del edificio que actualmente tiene nuestro instituto, y ahí estaba ella muy alegre, junto a los demás profesores, repartiendo las hachas, machetes, palanas y refrescos.
Desde esta columna le hago llegar mi más grande y sincera gratitud a ella por haber hecho de nosotros lo que hoy somos, maestros convencidos de que nuestro rol no solamente es el de educar sino también de encargo social.
Mercedes Ayerra ha muerto y con ella se ha ido la madre, la hermana, la maestra, la amiga. Descansa en paz “Merche”, porque sabemos que Dios te tiene en su gloria.
Mercedes ha muerto pero su pensamiento y sus virtudes permanecerán vivos entre nosotros sus alumnos, por eso convoco a mis colegas maestros egresados de las promociones 1983 a 1987 del Instituto Víctor Andrés Belaúnde de Jaén y en honor a “Merche”, conformemos la primera red de maestros del nor oriente peruano.
Tomé la decisión de ser educador, y como todo joven inquieto fui uno de los estudiantes que “más de una cana le saqué”, por mi vehemencia y mi rebeldía de la época que me generó muchas llamadas de atención. Más de una vez fui llamado a la dirección. Ahí estaba Mercedes, todos le temíamos por su rectitud y firmeza, pero cuando de consejos se trataba, tal cual la madre ausente tenía la palabra precisa que te toca el corazón y te deja huella para toda la vida, así era ella, la madre “Merche” como todos le decíamos con cariño.
Mercedes Ayerra junto a Olga Marroquín y el Padre Francisco Piorno constituyeron los puntales, sin temor a equivocarme, de una de las más grandes instituciones formadoras de maestros que tiene el país, la Víctor Andrés Belaúnde, mi primera casa, mi primera institución. Ahí la “hermanita Merche” nos imponía la disciplina, su actuar firme y de decisiones inapelables que hicieron de esos jóvenes lo que hoy somos como maestros y no se equivocó.
Quienes tuvimos el privilegio de conocerla y recibir sus enseñanzas, recordamos tantas anécdotas con alegría y tristeza a la vez, por ejemplo, cuando cavamos las primeras zanjas para la construcción del edificio que actualmente tiene nuestro instituto, y ahí estaba ella muy alegre, junto a los demás profesores, repartiendo las hachas, machetes, palanas y refrescos.
Desde esta columna le hago llegar mi más grande y sincera gratitud a ella por haber hecho de nosotros lo que hoy somos, maestros convencidos de que nuestro rol no solamente es el de educar sino también de encargo social.
Mercedes Ayerra ha muerto y con ella se ha ido la madre, la hermana, la maestra, la amiga. Descansa en paz “Merche”, porque sabemos que Dios te tiene en su gloria.
Mercedes ha muerto pero su pensamiento y sus virtudes permanecerán vivos entre nosotros sus alumnos, por eso convoco a mis colegas maestros egresados de las promociones 1983 a 1987 del Instituto Víctor Andrés Belaúnde de Jaén y en honor a “Merche”, conformemos la primera red de maestros del nor oriente peruano.
Cajamarca y Amazonas tienen similares características, hagamos de esta tierra no solamente la patria chica sino la lucha constante por una mejor educación de quienes hoy son los más desfavorecidos y excluidos de nuestro país, los más pobres.