¿HACIA DÓNDE QUEREMOS LLEGAR COMO PAÍS?
Fidel Jaramillo, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)[i] en el Perú ha sostenido que las actuales condiciones económicas permitirán reducir la pobreza a 30% en el 2011. “Es factible porque este año Perú tendrá un crecimiento notable y todas las condiciones económicas y financieras hacen prever que se cumplirá la meta”. Pedro Francke, reconocido economista defensor de los intereses nacionales, con respecto al crecimiento de la economía nacional ha dicho que “Hay una enorme concentración de ingresos en nuestra patria. Los datos son contundentes. Los beneficios del crecimiento económico se concentran en un pequeñísimo grupo”, y efectivamente esto es más cierto que el calentamiento global que hoy vivimos, solo basta saber que este año 2010 las ganancias de las trasnacionales que operan en el Perú, sumarán cerca de 8 mil millones de dólares, es decir unos 22 mil millones de soles; y si las comparaciones son buenas, en este caso, con este dinero, a decir de Pedro Francke, alcanzaría para alimentar por un año a más de 12 millones de peruano más pobres que tienen ingresos de apenas 150 soles mensuales. Como se puede ver las transnacionales, un pequeño grupo de empresas en el país, ganan más que casi medio Perú.
Pero vayamos un poco más allá y recordemos lo que en diciembre del año pasado a propósito del evento organizado por la Universidad del Pacífico e Interbank llamado “Seminario Internacional: Claves de una Estrategia Competitiva”, Michael Porter, gurú internacional, profesor del Harvard Business School y autor de 16 libros le dijo a las “mentes brillantes” de la economía de nuestro país. El experto internacional, bajo de las nubes al actual modelo económico y dijo que “En el Perú se carece de una política de largo plazo en materia de competitividad, la economía peruana no tiene un rumbo definido, el crecimiento económico no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población, el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil, el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología, la mayor parte de la inversión extranjera no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes; a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad, los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer”. Michael Porter ha dicho que “el crecimiento económico no equivale necesariamente a Desarrollo. Y de seguro, menos aún de lo que es el Desarrollo Sostenible. El crecimiento de nuestra economía durante los últimos años reposa sobre endebles cimientos. En pocas palabras, Porter le ha dicho a los que conducen los destinos del país que cantidad sin calidad no garantiza nada cuando de desarrollo económico y sostenible se trata. “Apuesten por la calidad de su gente, edúquenla vanguardistamente, no le teman a la competencia interna entre peruanos, movilicen socialmente a su país, pues eso garantizará la eficiencia que tanto esperan ustedes para su economía a nivel internacional”, ha dicho Porter.
Pues bien, la reconocida revista de economía Business Perú, en su edición especial de octubre de este año, denominada “Competitividad, la gran tarea del Perú”, sostiene que “nuestro país ha incrementado de manera importante su competitividad, a partir de la mejora en la infraestructura del país, la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y el desarrollo de su mercado financiero, entre otros factores. Como resultado, hemos escalado en el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, que es el ranking más importante en lo que a competitividad se refiere, la revista sostiene además que “se trata de un logro destacable, que refleja lo bien que el Perú está enfrentando un tema que abarca múltiples aristas. Pero para alcanzar mejoras significativas se requiere una política coherente por parte del Estado y el sector privado, a fin de armonizar lo que en conjunto engloba la definición de competitividad”.
Por eso y dado el enorme impacto que tiene el incremento de la competitividad, resulta urgente reformas para que el Perú consolide una trayectoria de constante mejora, urge tomar medidas para revertir algunas tendencias peligrosas relacionadas con la competitividad y que podrían limitar el crecimiento económico del país en el mediano y largo plazos. En un intento de educar y orientar a nuestros lectores, haremos un esfuerzo de sistematización de esos factores a tener en cuenta en los próximos años.
El concepto de competitividad. La competitividad permite comparar la situación de un país con respecto a los demás. Indica qué tan eficiente es un país frente a los otros. La competitividad es un concepto de largo plazo y se resume en una sola frase: aumento de la productividad de una economía. Incrementar la productividad de los factores de producción, esencialmente el capital y el trabajo. Las variables que impactan en la productividad son: la educación, la salud, el cambio tecnológico, la infraestructura, la seguridad, la calidad de las instituciones y el tamaño del mercado.
Competitividad generalizada. El objetivo es incrementar el bienestar de la población, garantizando un crecimiento sostenible. El fin último de la competitividad es la generación de empleos de calidad y mayores ingresos para la población. Una manera de mejorar el bienestar de la población es incrementando la calidad del empleo.
Ranking global. Los resultados del Informe Global de Competitividad 2010-2011 dan cuenta de un importante avance del Perú, que ha conseguido mejorar su posición en el ranking: ha subido cinco posiciones, con respecto al año pasado, colocándose en el puesto 73 de 139 países. En los últimos dos años el avance ha sido de 10 posiciones. Se requiere entonces avanzar a una mayor velocidad. Debemos mirar más detalladamente los diferentes elementos que conforman el concepto de competitividad para tener una idea más clara sobre la evolución de cada uno de ellos.
El pilar macroeconómico. Según el Foro Económico Mundial, en lo que se refiere a estabilidad económica el Perú ha registrado un retroceso, del puesto 67 al 75, resultado que desentona con la percepción que tenemos del manejo macroeconómico en nuestro país. Más allá de ello, el fuerte crecimiento de la economía y la inflación suficientemente controlada son los aspectos macroeconómicos que destacan. En el Perú tendemos a pensar que es suficiente lograr estabilidad en las cuentas fiscales y monetarias. Gran parte del sector empresarial y financiero del Perú no entiende que existen otros factores que son igual de importantes.
La infraestructura. Según el informe del Foro Económico Mundial, se ha conseguido una mejora significativa en lo que concierne a la infraestructura, ya que hemos pasado del puesto 110 al 88 en los últimos dos años.
Es innegable que la brecha de infraestructura sigue siendo amplia. El sector transportes es el que demanda mayor inversión para cerrar la brecha que enfrenta (37% del total), seguido por los sectores eléctrico y gas natural (31% del total). Por su parte, las necesidades de inversión del sector saneamiento constituyen el 16,7% del total y, en último lugar, la brecha de telecomunicaciones representa el 14,4% del total.
La deficiencia de infraestructura afecta más a la competitividad de las zonas de la sierra y la selva. Cerrar la enorme brecha en infraestructura escapa de las posibilidades del sector público, que cuenta con recursos limitados. Por eso es importante la participación del sector privado, ya sea a través de asociaciones público-privado, concesiones o privatizaciones, entre otras modalidades.
Innovación y desarrollo. En innovación hemos retrocedido, según el Foro Económico Mundial, lo que es una muy mala noticia: ya estábamos en los últimos puestos el año pasado (109) y ahora estamos en la ubicación 110. Ello refleja la carencia de un plan integral para el desarrollo de la innovación. La inversión en investigación y desarrollo como porcentaje del PBI, por ejemplo, en el Perú es una de las más bajas de la región. Se estima en aproximadamente 0,15%, mientras que en Brasil bordea el 1% y en Chile representa más o menos 0,7%. En general, los países líderes a nivel mundial invierten más del 2% de su PBI en innovación. Se necesita incrementar la investigación en este rubro en aproximadamente 240 millones de dólares para lograr que represente el 0,5% del PBI, porcentaje que es el promedio de la región.
La experiencia ha demostrado que la investigación impacta de manera contundente en la productividad, y es uno de los factores determinantes de la competitividad en el largo plazo. De hecho, es un elemento que apuntala el crecimiento sostenido en una economía.
El sector educación. Los aspectos vinculados al desarrollo del capital humano emergen también como urgentes para elevar la competitividad del país. En efecto, es en educación y en salud donde hay mucho por avanzar. La educación afecta la productividad del capital humano y a través de ella impacta en el bienestar de las personas, ya que determina su nivel de remuneraciones. Por ejemplo, los trabajadores que tienen educación superior ganan, en promedio, casi el triple de aquellos que solo tienen educación primaria. El mercado retribuye mejor a los trabajadores más productivos.
Mirando a mediano y largo plazos, la educación que se proporcione hoy va a jugar un rol preponderante, porque el crecimiento que experimenta la economía cada vez va a estar menos sustentado por la exportación de materias primas. Comenzar a producir bienes y servicios de mayor calidad y complejidad en el futuro; la única forma para lograr esto es con una plataforma educativa muy competente, según el Foro Económico Mundial, no hemos avanzado ni retrocedido en educación, a pesar de las reformas que se han venido aplicando en los últimos años. Como se recuerda, los resultados del Perú en la prueba internacional PISA en alfabetización matemática, científica y lectora de estudiantes de 15 años están muy por debajo del promedio de la región latinoamericana. A pesar de que la cobertura de la educación primaria es notable, por ejemplo, también es cierto que el nivel de los docentes es bajo y la calidad de la infraestructura es escasa.
Necesidades básicas. Los cambios en el sistema deben considerar de antemano que las necesidades básicas del niño estén cubiertas, para maximizar los beneficios del proceso de aprendizaje. Ahora la mayor demanda es por profesionales técnicos. Ahí hay un gran reto: desarrollar institutos técnicos de calidad, superando los prejuicios que existen respecto de la educación técnica. Introducir incentivos claros a la capacitación laboral es otra arista clave para mejorar la productividad.
El sector salud. En cuanto a lo servicios de salud pública, hay que destacar que el gobierno actual ha introducido dos elementos importantes: el Seguro Integral de Salud (SIS) y el Aseguramiento Universal. Son buenos intentos, pero en la práctica el SIS tiene graves problemas porque no cuenta con recursos. El Aseguramiento Universal es también una iniciativa interesante, pero va a tomar muchos años plasmarla en la realidad. En suma, gran parte de la población no tiene acceso a los servicios de salud, y si los tiene son de baja calidad. Una mayor focalización de la intervención pública en el sector salud y una reforma que garantice una mayor calidad de los servicios deberían orientar los futuros cambios.
La institucionalidad. Uno de los factores críticos para la competitividad tiene que ver con el tema institucional. Lo que apreciamos hoy es principalmente fragilidad, que se refleja en el hecho de que las reglas de juego puedan cambiar repentinamente o que dependamos mucho de liderazgos, ya sea presidenciales o empresariales. El Perú se ubica en el puesto 96 en cuanto a institucionalidad, según el Foro Económico Mundial. El Perú hoy día es un país no institucionalizado o escasamente institucionalizado. Es importante mantener las reglas en aspectos críticos, como el derecho de propiedad, la independencia del Poder Judicial, la predictibilidad de las decisiones de los reguladores, etcétera. Solucionar esta falencia va a tomar tiempo, porque las instituciones se forjan en el largo plazo; por eso es preciso que los sectores público y privado coincidan en resaltar su importancia. Un elemento que juega en contra es que los beneficios de contar con una sólida base institucional se aprecian fundamentalmente en el largo plazo y sus efectos a corto plazo casi no se pueden apreciar. Esto dificulta una decisión política inmediata.
Reforma del Estado. La necesidad de una reforma del Estado para abordar una descentralización efectiva. Han pasado 20 años desde que se dieron las primeras medidas encaminadas a lograr una mayor descentralización; sin embargo, la actividad económica, administrativa y política se sigue concentrando en Lima. Las regiones no han podido solucionar ese problema. No menos importante es la seguridad ciudadana, para garantizar que en los próximos años no hayan escollos como los sucedidos en México que afecten la economía nacional.
La regulación y los monopolios. Dado que el tamaño del mercado peruano es relativamente pequeño, se aprecia estructuras monopólicas u oligopólicas en una gran cantidad de sectores. El alto grado de concentración de algunos mercados es un factor limitante. Solamente una o dos empresas son las que predominan; eso afecta al nivel de competencia. Esto se puede ver en el caso del cemento, la cerveza, etcétera. En el Perú la ley antimonopolio no se aplica, aunque existe desde la década de los noventa. Fomentar la competencia en los mercados es la mejor manera de incentivar la competitividad. Eso obliga a las empresas a ser innovadoras y a desarrollar mejores bienes y servicios constantemente, pues de lo contrario simplemente salen del mercado.
Clima de negocios. Se están dando pasos importantes en lo que se refiere al clima para hacer negocios, como se puede apreciar en los resultados del último ranking de la revista Forbes. En un año, nuestro país ha conseguido escalar 13 posiciones (desde la 62 hasta la 49), consolidándose como el segundo mejor destino de la región para hacer negocios. Por su parte, el Informe de Competitividad Global 2010-2011 recoge, a través de una encuesta, cuáles son los factores más problemáticos para hacer negocios. En el caso del Perú, la burocracia gubernamental se mantiene como el principal obstáculo, al que hay que sumar la corrupción y las limitaciones en la regulación del mercado de trabajo.
El rol de las empresas. Es en las empresas donde se encarna y dinamiza, en gran medida, la competitividad; a través de ellas se despliegan sus beneficios en un país. Considerando todos los elementos que comprende la competitividad, el rol de las empresas es generar valor agregado e innovar en los nichos donde operan. Las señales del Estado hacia las empresas deben ser claras; es decir, tiene que estimular la eficiencia y la innovación, y desanimar a los monopolios, los oligopolios y la visión mercantilista. Todavía existe una apreciable proporción de empresarios que no ha desarrollado una cultura de competencia y más bien cree en el rentismo, pues busca protección y favores por parte del Estado.
Estado y sector privado. No existe una institución que articule eficazmente la visión de futuro que requiere el país. Es imprescindible pensar de manera prospectiva lo que va ser del Perú en los próximos 20 o 50 años. El CEPLAN todavía está en construcción. Para abordar los grandes temas que implican mejorar la productividad se tiene, que llevar a cabo profundas reformas estructurales. Esta tarea no es sencilla, porque llevar adelante dichas reformas genera rechazo. No es fácil entonces emprender reformas estructurales, pues requieren de mucha fortaleza política por parte del gobierno, además del apoyo de la ciudadanía. Pero son medidas indispensables para afianzar la estrategia del país.
La visión a futuro. La tarea de desarrollar el país en base a sus exportaciones conlleva el lanzamiento de productos con mayor valor agregado; es decir, superar nuestra actual situación de exportadores de minerales y productos agrícolas. El 75% del valor que exportamos está conformado por materias primas. Los países que están en la vanguardia de la competitividad exportan fundamentalmente productos de alta tecnología. Otra señal que revela nuestro rezago en términos de competitividad es el nivel de pobreza que existe en el país. Este flagelo castiga al 34% de la población, mientras que la extrema pobreza alcanza al 11% de los habitantes del país; aunque hay que destacar que se han conseguido notables logros en el último lustro. Pero hoy la senda de la competitividad en la que está nuestro país aún no incorpora totalmente varios elementos importantes, como la innovación tecnológica, el desarrollo del capital humano y la infraestructura productiva. «Por otro lado, todavía se encuentra en desarrollo el compromiso para la acción por parte de todas las organizaciones del gobierno y del sector privado.
Finalmente, creo que la infraestructura social de la mano con la construcción de carreteras estratégicas, el desarrollo hidroenergético y turístico son las prioridades de los próximos gobiernos, y a decir de Herbert Morote “reflexionemos ¿a quién le interesa mantener ignorante a la gente donde se invierte millones de dólares? Claro, esa clase de pueblo conviene a empresas que pueden explotarlos y manipularlos como hacen las empresas mineras y petroleras”.
Por eso creo que la superación de nuestros problemas requiere de una política económica coherente que genere crecimiento y desarrollo sostenido que debe considerar de manera sistémica estos y otros factores y variables aquí vistas. Las autoridades tienen la palabra.
Fuentes Biblográficas:
http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=dW163HOcQdM=
http://www.generaccion.com/usuarios/7438/cesar-hildebrandt-estupefacto
http://businessperu.com.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=233&Itemid=39
http://pedrofrancke.blogspot.com/
http://filipicasmorote.blogspot.com/2010/10/educacion-peru-en-el-puesto-133-de-139.html
Pero vayamos un poco más allá y recordemos lo que en diciembre del año pasado a propósito del evento organizado por la Universidad del Pacífico e Interbank llamado “Seminario Internacional: Claves de una Estrategia Competitiva”, Michael Porter, gurú internacional, profesor del Harvard Business School y autor de 16 libros le dijo a las “mentes brillantes” de la economía de nuestro país. El experto internacional, bajo de las nubes al actual modelo económico y dijo que “En el Perú se carece de una política de largo plazo en materia de competitividad, la economía peruana no tiene un rumbo definido, el crecimiento económico no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población, el Perú ha vivido estos años “una ilusión exportadora” porque las cifras en azul proceden del alza de las materias primas, mientras que nuestra exportación de productos con valor agregado permanece inmóvil, el Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología, la mayor parte de la inversión extranjera no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes; a largo plazo, las dificultades del Perú tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad, los éxitos peruanos de los últimos años pueden irse al demonio sino limpiamos el sistema judicial, sino defendemos los derechos de propiedad y si no fumigamos y reordenamos la disuasiva burocracia creada para entorpecer”. Michael Porter ha dicho que “el crecimiento económico no equivale necesariamente a Desarrollo. Y de seguro, menos aún de lo que es el Desarrollo Sostenible. El crecimiento de nuestra economía durante los últimos años reposa sobre endebles cimientos. En pocas palabras, Porter le ha dicho a los que conducen los destinos del país que cantidad sin calidad no garantiza nada cuando de desarrollo económico y sostenible se trata. “Apuesten por la calidad de su gente, edúquenla vanguardistamente, no le teman a la competencia interna entre peruanos, movilicen socialmente a su país, pues eso garantizará la eficiencia que tanto esperan ustedes para su economía a nivel internacional”, ha dicho Porter.
Pues bien, la reconocida revista de economía Business Perú, en su edición especial de octubre de este año, denominada “Competitividad, la gran tarea del Perú”, sostiene que “nuestro país ha incrementado de manera importante su competitividad, a partir de la mejora en la infraestructura del país, la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y el desarrollo de su mercado financiero, entre otros factores. Como resultado, hemos escalado en el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, que es el ranking más importante en lo que a competitividad se refiere, la revista sostiene además que “se trata de un logro destacable, que refleja lo bien que el Perú está enfrentando un tema que abarca múltiples aristas. Pero para alcanzar mejoras significativas se requiere una política coherente por parte del Estado y el sector privado, a fin de armonizar lo que en conjunto engloba la definición de competitividad”.
Por eso y dado el enorme impacto que tiene el incremento de la competitividad, resulta urgente reformas para que el Perú consolide una trayectoria de constante mejora, urge tomar medidas para revertir algunas tendencias peligrosas relacionadas con la competitividad y que podrían limitar el crecimiento económico del país en el mediano y largo plazos. En un intento de educar y orientar a nuestros lectores, haremos un esfuerzo de sistematización de esos factores a tener en cuenta en los próximos años.
El concepto de competitividad. La competitividad permite comparar la situación de un país con respecto a los demás. Indica qué tan eficiente es un país frente a los otros. La competitividad es un concepto de largo plazo y se resume en una sola frase: aumento de la productividad de una economía. Incrementar la productividad de los factores de producción, esencialmente el capital y el trabajo. Las variables que impactan en la productividad son: la educación, la salud, el cambio tecnológico, la infraestructura, la seguridad, la calidad de las instituciones y el tamaño del mercado.
Competitividad generalizada. El objetivo es incrementar el bienestar de la población, garantizando un crecimiento sostenible. El fin último de la competitividad es la generación de empleos de calidad y mayores ingresos para la población. Una manera de mejorar el bienestar de la población es incrementando la calidad del empleo.
Ranking global. Los resultados del Informe Global de Competitividad 2010-2011 dan cuenta de un importante avance del Perú, que ha conseguido mejorar su posición en el ranking: ha subido cinco posiciones, con respecto al año pasado, colocándose en el puesto 73 de 139 países. En los últimos dos años el avance ha sido de 10 posiciones. Se requiere entonces avanzar a una mayor velocidad. Debemos mirar más detalladamente los diferentes elementos que conforman el concepto de competitividad para tener una idea más clara sobre la evolución de cada uno de ellos.
El pilar macroeconómico. Según el Foro Económico Mundial, en lo que se refiere a estabilidad económica el Perú ha registrado un retroceso, del puesto 67 al 75, resultado que desentona con la percepción que tenemos del manejo macroeconómico en nuestro país. Más allá de ello, el fuerte crecimiento de la economía y la inflación suficientemente controlada son los aspectos macroeconómicos que destacan. En el Perú tendemos a pensar que es suficiente lograr estabilidad en las cuentas fiscales y monetarias. Gran parte del sector empresarial y financiero del Perú no entiende que existen otros factores que son igual de importantes.
La infraestructura. Según el informe del Foro Económico Mundial, se ha conseguido una mejora significativa en lo que concierne a la infraestructura, ya que hemos pasado del puesto 110 al 88 en los últimos dos años.
Es innegable que la brecha de infraestructura sigue siendo amplia. El sector transportes es el que demanda mayor inversión para cerrar la brecha que enfrenta (37% del total), seguido por los sectores eléctrico y gas natural (31% del total). Por su parte, las necesidades de inversión del sector saneamiento constituyen el 16,7% del total y, en último lugar, la brecha de telecomunicaciones representa el 14,4% del total.
La deficiencia de infraestructura afecta más a la competitividad de las zonas de la sierra y la selva. Cerrar la enorme brecha en infraestructura escapa de las posibilidades del sector público, que cuenta con recursos limitados. Por eso es importante la participación del sector privado, ya sea a través de asociaciones público-privado, concesiones o privatizaciones, entre otras modalidades.
Innovación y desarrollo. En innovación hemos retrocedido, según el Foro Económico Mundial, lo que es una muy mala noticia: ya estábamos en los últimos puestos el año pasado (109) y ahora estamos en la ubicación 110. Ello refleja la carencia de un plan integral para el desarrollo de la innovación. La inversión en investigación y desarrollo como porcentaje del PBI, por ejemplo, en el Perú es una de las más bajas de la región. Se estima en aproximadamente 0,15%, mientras que en Brasil bordea el 1% y en Chile representa más o menos 0,7%. En general, los países líderes a nivel mundial invierten más del 2% de su PBI en innovación. Se necesita incrementar la investigación en este rubro en aproximadamente 240 millones de dólares para lograr que represente el 0,5% del PBI, porcentaje que es el promedio de la región.
La experiencia ha demostrado que la investigación impacta de manera contundente en la productividad, y es uno de los factores determinantes de la competitividad en el largo plazo. De hecho, es un elemento que apuntala el crecimiento sostenido en una economía.
El sector educación. Los aspectos vinculados al desarrollo del capital humano emergen también como urgentes para elevar la competitividad del país. En efecto, es en educación y en salud donde hay mucho por avanzar. La educación afecta la productividad del capital humano y a través de ella impacta en el bienestar de las personas, ya que determina su nivel de remuneraciones. Por ejemplo, los trabajadores que tienen educación superior ganan, en promedio, casi el triple de aquellos que solo tienen educación primaria. El mercado retribuye mejor a los trabajadores más productivos.
Mirando a mediano y largo plazos, la educación que se proporcione hoy va a jugar un rol preponderante, porque el crecimiento que experimenta la economía cada vez va a estar menos sustentado por la exportación de materias primas. Comenzar a producir bienes y servicios de mayor calidad y complejidad en el futuro; la única forma para lograr esto es con una plataforma educativa muy competente, según el Foro Económico Mundial, no hemos avanzado ni retrocedido en educación, a pesar de las reformas que se han venido aplicando en los últimos años. Como se recuerda, los resultados del Perú en la prueba internacional PISA en alfabetización matemática, científica y lectora de estudiantes de 15 años están muy por debajo del promedio de la región latinoamericana. A pesar de que la cobertura de la educación primaria es notable, por ejemplo, también es cierto que el nivel de los docentes es bajo y la calidad de la infraestructura es escasa.
Necesidades básicas. Los cambios en el sistema deben considerar de antemano que las necesidades básicas del niño estén cubiertas, para maximizar los beneficios del proceso de aprendizaje. Ahora la mayor demanda es por profesionales técnicos. Ahí hay un gran reto: desarrollar institutos técnicos de calidad, superando los prejuicios que existen respecto de la educación técnica. Introducir incentivos claros a la capacitación laboral es otra arista clave para mejorar la productividad.
El sector salud. En cuanto a lo servicios de salud pública, hay que destacar que el gobierno actual ha introducido dos elementos importantes: el Seguro Integral de Salud (SIS) y el Aseguramiento Universal. Son buenos intentos, pero en la práctica el SIS tiene graves problemas porque no cuenta con recursos. El Aseguramiento Universal es también una iniciativa interesante, pero va a tomar muchos años plasmarla en la realidad. En suma, gran parte de la población no tiene acceso a los servicios de salud, y si los tiene son de baja calidad. Una mayor focalización de la intervención pública en el sector salud y una reforma que garantice una mayor calidad de los servicios deberían orientar los futuros cambios.
La institucionalidad. Uno de los factores críticos para la competitividad tiene que ver con el tema institucional. Lo que apreciamos hoy es principalmente fragilidad, que se refleja en el hecho de que las reglas de juego puedan cambiar repentinamente o que dependamos mucho de liderazgos, ya sea presidenciales o empresariales. El Perú se ubica en el puesto 96 en cuanto a institucionalidad, según el Foro Económico Mundial. El Perú hoy día es un país no institucionalizado o escasamente institucionalizado. Es importante mantener las reglas en aspectos críticos, como el derecho de propiedad, la independencia del Poder Judicial, la predictibilidad de las decisiones de los reguladores, etcétera. Solucionar esta falencia va a tomar tiempo, porque las instituciones se forjan en el largo plazo; por eso es preciso que los sectores público y privado coincidan en resaltar su importancia. Un elemento que juega en contra es que los beneficios de contar con una sólida base institucional se aprecian fundamentalmente en el largo plazo y sus efectos a corto plazo casi no se pueden apreciar. Esto dificulta una decisión política inmediata.
Reforma del Estado. La necesidad de una reforma del Estado para abordar una descentralización efectiva. Han pasado 20 años desde que se dieron las primeras medidas encaminadas a lograr una mayor descentralización; sin embargo, la actividad económica, administrativa y política se sigue concentrando en Lima. Las regiones no han podido solucionar ese problema. No menos importante es la seguridad ciudadana, para garantizar que en los próximos años no hayan escollos como los sucedidos en México que afecten la economía nacional.
La regulación y los monopolios. Dado que el tamaño del mercado peruano es relativamente pequeño, se aprecia estructuras monopólicas u oligopólicas en una gran cantidad de sectores. El alto grado de concentración de algunos mercados es un factor limitante. Solamente una o dos empresas son las que predominan; eso afecta al nivel de competencia. Esto se puede ver en el caso del cemento, la cerveza, etcétera. En el Perú la ley antimonopolio no se aplica, aunque existe desde la década de los noventa. Fomentar la competencia en los mercados es la mejor manera de incentivar la competitividad. Eso obliga a las empresas a ser innovadoras y a desarrollar mejores bienes y servicios constantemente, pues de lo contrario simplemente salen del mercado.
Clima de negocios. Se están dando pasos importantes en lo que se refiere al clima para hacer negocios, como se puede apreciar en los resultados del último ranking de la revista Forbes. En un año, nuestro país ha conseguido escalar 13 posiciones (desde la 62 hasta la 49), consolidándose como el segundo mejor destino de la región para hacer negocios. Por su parte, el Informe de Competitividad Global 2010-2011 recoge, a través de una encuesta, cuáles son los factores más problemáticos para hacer negocios. En el caso del Perú, la burocracia gubernamental se mantiene como el principal obstáculo, al que hay que sumar la corrupción y las limitaciones en la regulación del mercado de trabajo.
El rol de las empresas. Es en las empresas donde se encarna y dinamiza, en gran medida, la competitividad; a través de ellas se despliegan sus beneficios en un país. Considerando todos los elementos que comprende la competitividad, el rol de las empresas es generar valor agregado e innovar en los nichos donde operan. Las señales del Estado hacia las empresas deben ser claras; es decir, tiene que estimular la eficiencia y la innovación, y desanimar a los monopolios, los oligopolios y la visión mercantilista. Todavía existe una apreciable proporción de empresarios que no ha desarrollado una cultura de competencia y más bien cree en el rentismo, pues busca protección y favores por parte del Estado.
Estado y sector privado. No existe una institución que articule eficazmente la visión de futuro que requiere el país. Es imprescindible pensar de manera prospectiva lo que va ser del Perú en los próximos 20 o 50 años. El CEPLAN todavía está en construcción. Para abordar los grandes temas que implican mejorar la productividad se tiene, que llevar a cabo profundas reformas estructurales. Esta tarea no es sencilla, porque llevar adelante dichas reformas genera rechazo. No es fácil entonces emprender reformas estructurales, pues requieren de mucha fortaleza política por parte del gobierno, además del apoyo de la ciudadanía. Pero son medidas indispensables para afianzar la estrategia del país.
La visión a futuro. La tarea de desarrollar el país en base a sus exportaciones conlleva el lanzamiento de productos con mayor valor agregado; es decir, superar nuestra actual situación de exportadores de minerales y productos agrícolas. El 75% del valor que exportamos está conformado por materias primas. Los países que están en la vanguardia de la competitividad exportan fundamentalmente productos de alta tecnología. Otra señal que revela nuestro rezago en términos de competitividad es el nivel de pobreza que existe en el país. Este flagelo castiga al 34% de la población, mientras que la extrema pobreza alcanza al 11% de los habitantes del país; aunque hay que destacar que se han conseguido notables logros en el último lustro. Pero hoy la senda de la competitividad en la que está nuestro país aún no incorpora totalmente varios elementos importantes, como la innovación tecnológica, el desarrollo del capital humano y la infraestructura productiva. «Por otro lado, todavía se encuentra en desarrollo el compromiso para la acción por parte de todas las organizaciones del gobierno y del sector privado.
Finalmente, creo que la infraestructura social de la mano con la construcción de carreteras estratégicas, el desarrollo hidroenergético y turístico son las prioridades de los próximos gobiernos, y a decir de Herbert Morote “reflexionemos ¿a quién le interesa mantener ignorante a la gente donde se invierte millones de dólares? Claro, esa clase de pueblo conviene a empresas que pueden explotarlos y manipularlos como hacen las empresas mineras y petroleras”.
Por eso creo que la superación de nuestros problemas requiere de una política económica coherente que genere crecimiento y desarrollo sostenido que debe considerar de manera sistémica estos y otros factores y variables aquí vistas. Las autoridades tienen la palabra.
Fuentes Biblográficas:
http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=dW163HOcQdM=
http://www.generaccion.com/usuarios/7438/cesar-hildebrandt-estupefacto
http://businessperu.com.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=233&Itemid=39
http://pedrofrancke.blogspot.com/
http://filipicasmorote.blogspot.com/2010/10/educacion-peru-en-el-puesto-133-de-139.html
Este artículo ha sido difundido gentilmente por:
Diario AHORA - Amazonas y Diario EL CLARÍN - Amazonas.
COLUMNA: Prohibido No Educar.
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