En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas
El 09 de agosto de 1994 ha sido instituido por las Naciones Unidas como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. En setiembre del año 2007 la ONU adoptó la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas. En el mundo existen más de 370 millones de indígenas pertenecientes a más de 5,000 pueblos de 72 países. En América Latina son cerca de 55 millones de personas de 400 pueblos (están en Guatemala, México, Bolivia, Perú y Ecuador), siendo la Región Andina la que concentra la mayor población indígena de Sudamérica. En el departamento de Amazonas, los distritos de Nieva, El Cenepa y Río Santiago (provincia de Condorcanqui), el distrito de Imaza (provincia de Bagua) y La Jalca Grande (en Chachapoyas), juntas tienen la población indígena que bordea aproximadamente el 80 % de la población total en estos lugares.
En el día internacional de estos pueblos, queremos abordar el tema al interior de Amazonas, al derecho que tienen estos pueblos Awajum, Wampis y Quechua, a ser reconocidos y valorados por nuestros conciudadanos. Y quiero abordarlo desde el punto de vista cultural educativo, permítanme reflexionar en voz alta: ¿por qué “…la poca valoración y la discriminación a la que han sido sometidas las lenguas indígenas desde hace siglos”? (En Kùùmu: FORMABIAP. Nº 6, diciembre 2007).
La educación intercultural bilingüe busca formar niños y jóvenes orgullosos de sus raíces, con capacidades para vivir y desenvolverse adecuadamente en su medio natural y social, y que estos manejen los conocimientos de la cultura occidental y de la ciencia moderna; que logren competencias que les permitan acceder a la secundaria y la educación superior, que hablen un castellano oral de acuerdo a la variedad de su región y de manera escrita con el estándar permisible para una comunicación a otros niveles, sin perder su identidad y autoestima; sin embargo vuelvo a hablar en voz alta y lo invito a reflexionar conmigo: ¿De qué interculturalidad hablamos en Amazonas? ¿Interculturalidad solo para los indígenas? ¿Y el resto de la población? Queremos que los indígenas aprendan el castellano pero no procuramos que los castellanos aprendamos el Awajum, el Wampis de los hermanos del norte, ni mucho menos el Quechua de los hermanos del sur, allá en La Jalca Grande.
Aunque nos cueste aceptarlo, pero la comunidad indígena la hemos estado viendo como una cultura marginal, y no como un espacio de diálogo entre integrantes de culturas diferentes en un mismo territorio. Ahí radica precisamente esa falta de identidad que les estamos reclamando a quienes nos consideramos hijos naturales y adoptivos de Amazonas: nuestra identidad autóctona.
La interculturalidad es un proceso recíproco en el que aprendemos unos de otros. La educación intercultural tiene entonces como finalidad, revalorar no solamente el pasado indígena sino también su presente, es decir no solo enfrentarse a la función social que tiene la historia sino también a su utilidad plasmada en la tradición y presente en la vida diaria de los pueblos (Carlos V. Zambrano: 2000, 151 -152).
Entonces, ¿Será posible que los niños y niñas chachapoyanos, luyanos, mendocinos, utcubambinos, etc., quieran a sus hermanos indígenas del norte y del sur? ¿Será posible hermanos amazonense que usted permita que en la escuela, sus hijos aprendan la lengua Awajum, Wampis y Quechua, que son las lenguas originarias de quienes han sentado las bases culturales de nuestro pueblo, con sus costumbres, sus creencias y folklore?Este es, qué duda cabe, otro reto que tenemos como amazonenses, para encontrarnos con nuestra identidad, con nuestras raíces y afrontar nuestro verdadero desarrollo socio económico y cultural.
En el día internacional de estos pueblos, queremos abordar el tema al interior de Amazonas, al derecho que tienen estos pueblos Awajum, Wampis y Quechua, a ser reconocidos y valorados por nuestros conciudadanos. Y quiero abordarlo desde el punto de vista cultural educativo, permítanme reflexionar en voz alta: ¿por qué “…la poca valoración y la discriminación a la que han sido sometidas las lenguas indígenas desde hace siglos”? (En Kùùmu: FORMABIAP. Nº 6, diciembre 2007).
La educación intercultural bilingüe busca formar niños y jóvenes orgullosos de sus raíces, con capacidades para vivir y desenvolverse adecuadamente en su medio natural y social, y que estos manejen los conocimientos de la cultura occidental y de la ciencia moderna; que logren competencias que les permitan acceder a la secundaria y la educación superior, que hablen un castellano oral de acuerdo a la variedad de su región y de manera escrita con el estándar permisible para una comunicación a otros niveles, sin perder su identidad y autoestima; sin embargo vuelvo a hablar en voz alta y lo invito a reflexionar conmigo: ¿De qué interculturalidad hablamos en Amazonas? ¿Interculturalidad solo para los indígenas? ¿Y el resto de la población? Queremos que los indígenas aprendan el castellano pero no procuramos que los castellanos aprendamos el Awajum, el Wampis de los hermanos del norte, ni mucho menos el Quechua de los hermanos del sur, allá en La Jalca Grande.
Aunque nos cueste aceptarlo, pero la comunidad indígena la hemos estado viendo como una cultura marginal, y no como un espacio de diálogo entre integrantes de culturas diferentes en un mismo territorio. Ahí radica precisamente esa falta de identidad que les estamos reclamando a quienes nos consideramos hijos naturales y adoptivos de Amazonas: nuestra identidad autóctona.
La interculturalidad es un proceso recíproco en el que aprendemos unos de otros. La educación intercultural tiene entonces como finalidad, revalorar no solamente el pasado indígena sino también su presente, es decir no solo enfrentarse a la función social que tiene la historia sino también a su utilidad plasmada en la tradición y presente en la vida diaria de los pueblos (Carlos V. Zambrano: 2000, 151 -152).
Entonces, ¿Será posible que los niños y niñas chachapoyanos, luyanos, mendocinos, utcubambinos, etc., quieran a sus hermanos indígenas del norte y del sur? ¿Será posible hermanos amazonense que usted permita que en la escuela, sus hijos aprendan la lengua Awajum, Wampis y Quechua, que son las lenguas originarias de quienes han sentado las bases culturales de nuestro pueblo, con sus costumbres, sus creencias y folklore?Este es, qué duda cabe, otro reto que tenemos como amazonenses, para encontrarnos con nuestra identidad, con nuestras raíces y afrontar nuestro verdadero desarrollo socio económico y cultural.
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